Intensidad luminosa percibida
La intensidad luminosa es una propiedad de la fuente de luz y no depende de la distancia del observador. Cuantifica la parte del flujo luminoso (unidad: lumen) emitido en una dirección determinada (por ángulo sólido). Se tiene en cuenta la capacidad de percepción espectral del ojo humano. Por ejemplo, la intensidad luminosa de una fuente de radiación infrarroja es cero porque es invisible para el ojo humano. El brillo de una fuente luminosa percibido por el ojo no siempre coincide con la intensidad luminosa física. El contraste con el entorno influye en la percepción fisiológica. Una fuente luminosa con una superficie pequeña se percibe como más brillante (o más deslumbrante) que una fuente luminosa con la misma intensidad luminosa física pero una superficie mayor. Este efecto puede observarse, por ejemplo, con faros de coche de distintos tamaños o con la salida o puesta de la luna o el sol.